Las pubertssss

Se drogan, escuchan música culta, van a marchas, no son "puberts", se alcoholizan y fuman con sus madres. Tienen sexo con desconocidos en camas, cuyos dueños no conocen. Se visten a la antigua, no consumen de las grandes empresas, compran sus trajes en ferias. Son cools, dicen serlo, sus propios ojos no las puede reflejar a sus asquerosas sombras. Su música dice ser suya, dice que hubiese preferido nacer en los tiempos antiguos donde los beatles tocaban.
 No soportan el comercio e intentan movilizar a quienes no le interesan sus políticas.
 Si señores, no son mas que una masa de gente que nunca logro encontrar su verdadero ser, por eso quieren hacer de cuenta que viven su revolución día a día. No tienen mas que drogas y cuerpos infectados ya. Nos llamaban "pubertas" por ser normales, vivir la realidad que nos toco y ser felices ¿Que les queda mas que morirse en paz?

El pecesito estaba boca arriba cuando salio el sol.



























Pensaba en peces multicolores, y un lavarropa con muchas esencias. Un beso despacito y una corriente calentita, ya no sentía el frió.
 Me gusta cuando estas aquí, y mas cuando te puedo sentir. Mirarte es para mi, un tobogán sin fin! Y si te pierdo quien sabe si podre sobrevivir. 

Mentiras

Encierro. Desolación. Soledad extrema. Cuando de repente un árbol. Tan bello, alimentado de la mas pura agua, traída de un pequeño oasis. Lejos encontraron ese árbol, tan crecido y joven a la vez. Su verde era oro y sus hojas, rociadas con gotitas de agua, casi parecían comestibles. Muerde e imagina la pequeña y lejana imagen de él comiendo carne, de tan buen estado, afeitado, bien vestido, parecía pesar noventa kilos a sus treinta años, bien peinado y olía a flores, comía una pequeña porción. Era fresca y masticaba tan lento, que no se llegaba a oír el crujido de sus dientes. 
 Despertó. Estaba solo, ya era de noche, no hacia frió pero el tenia un gran abrigo. ¿Y el árbol? ¿Donde estaba? Solo junto a él se encontraba un palo desnutrido sin hojas, no era verde ya. Su soledad y depresión abundaba. No podía ver el árbol, quedaba ciego. Corrió. Tan rápido corrió. No sentía las piernas. Y de repente todo se apago, ni la luz de la luna lo encendió. Una mano toma la suya